https://juanlaravaldepenasot.blogspot.com/2024/05/vivan-los-toros-y-las-vacas-todos-los.html El Blog de Juan Lara Guido - : 06/11/24

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Tuesday, June 11, 2024

JOSÉ MARÍA MANZANARES




José María Dols Abellán, conocido como José María Manzanares, nació en Alicante el 14 de abril de 1953. Hijo de del banderillero Pepe Dols (Pepe Manzanares).
Falleció el 28 de octubre de 2014 en la provincia de Cáceres, en su finca llamada “Ronda Ganadera” en “Campo Lugar” (Extremadura). El cuerpo sin vida del torero fue encontrado tumbado en el suelo, en una habitación de la vivienda. Una finca de más de 1.000 hectáreas de dehesa y regadío. Las causas del fallecimiento se desconocen.

José María vivía desde hace años apartado del mundo. Allí, solo el hombre, entre toros, campos de maíz y sus recuerdos, acabó de manera inesperada una existencia jalonada de muchas luces y algunas sombras, de reconocimientos y duras críticas, de conocidos circunstanciales y seguidores veleidosos, de largas fiestas y mujeres guapas, de lances arrogantes y alguna bravuconada, de amigos y enemigos íntimos, de destellos de felicidad y largas noches de tristeza...

“Jose Mari ha muerto de soledad, no abandonado, pero sí solo e infeliz”.

Esta es la sincera y dolida reflexión de uno de los pocos amigos cercanos que tuvo el torero en los últimos tiempos.
Allí, en la finca extremeña, acabó, sobre todo, un torero privilegiado, nacido para la gloria, un creador de belleza, referencia fundamental de la compostura, el gusto, la calidad y el sabor torero. Un hombre atractivo, dotado de una gran elegancia y un natural poder de seducción. Un consumado artista, indolente, también inconstante, conformista y de escasa ambición. Quizá por eso, la huella de su toreo ha sido menos profunda de lo que pudo haber sido.

“Era raro como todos los toreros, tenía un temperamento fuerte, mantenía una difícil relación con su familia y pasaba los días en su finca apartado de todo y de todos, sin ilusiones”.

José Mari era un bohemio, buena persona, muy puro, amigo de sus amigos, respetuoso con sus compañeros y con una afición desmedida”.

José María Manzanares debutó como novillero el 24 de mayo de 1970, en la localidad alicantina de Benidorm. Un año después tomó la alternativa como matador de toros el 24 de junio de 1971 en su ciudad natal, de manos de Luis Miguel Dominguín como padrino y El Viti como testigo. Un año después, el 18 de mayo de 1972, confirmó la alternativa en Las Ventas de Madrid, siendo padrino Palomo Linares y testigo Eloy Cavazos, comenzando una carrera de 35 años como matador de toros en los que saboreó las mieles del triunfo en España y América.

Tras varias retiradas y apariciones, tomó la decisión de cortarse la coleta para siempre el 1 de mayo de 2006, en la Real Maestranza de Sevilla, que quedará siempre en el recuerdo del buen aficionado. Alternaba con Pablo Hermoso de Mendoza y Cayetano, que se presentaba como novillero. No tuvo suerte en el lote de toros que le tocó en su lote, y tras matar al segundo, se fue hacia el tercio, llamó a su hijo y le pidió que le cortara la coleta entre la incredulidad y la sorpresa general, pues solo había anunciado su adiós en la Maestranza y Sevilla, pero no su retirada total de los ruedos. Ante el asombro general del público, la plaza entera estalló en aplausos y emoción, obligando a dar una histórica vuelta al ruedo, entre las aclamaciones de la gente de Sevilla.

Minutos más tarde, Cayetano paseaba la oreja del último toro de la tarde, invitó a Manzanares a que le acompañara en la vuelta al ruedo, fue entonces cuando varios compañeros, matadores de toros, que asistían de paisano, a ver la corrida, saltaron al ruedo, alzaron en hombros a José María Manzanares y entre el fervor popular, lo pasearon por el ruedo y después lo sacaron por la Puerta del Principe, en señal de admiración y respeto.

Desde entonces no volvió a vestirse de luces y se limitó a acompañar, en silencio, desde el callejón, a su hijo José María Manzanares, una de las más importantes en el toreo de ahora.
En la muy larga vida profesional de José María Manzanares hubo de todo, desde triunfos apoteósicos, hasta broncas monumentales, peleas con compañeros y periodistas. Y amores eternos con seguidores acérrimos, épocas de dulzura artística y otras de opacidad torera, toreo de ensueño... Pero, por encima de todo, Manzanares pasará a la historia por ser un virtuoso del toreo al que siempre se le valoró más por su capacidad que su empeño, su hondura que su ambición. Tuvo tiempo de triunfar en todas las ferias, y fue un torero adoptado por la afición sevillana, que añoró que este alicantino no hubiera nacido a la vera del Guadalquivir, no en vano, Manzanares dejó por el ruedo sevillano auténticas pinceladas de toreo verdadero. Tanía maneras de la escuela sevillana, henchido su toreo de elegancia y gracia, templanza y despaciosidad, y se engrandecía en esa plaza con capote y muleta, aunque nunca llegara a alcanzar ese triunfo apoteósico que Sevilla siempre anheló, para quien consideraba un torero propio.

Abrió tres veces la Puerta Grande de la Monumental de Las Ventas (1977, 1978, 1993), lideró varias temporadas el escalafón superior, y durante las décadas de los 70, 80 y noventa, fue un torero imprescindible en todas las ferias de España y América.
En julio de 1988 toreó él solo seis toros, en Ronda, en una corrida concurso de ganaderías e indultó al toro Peleón, de la ganadería de Guardiola; dos años más tarde, hizo el paseíllo en solitario, en Sevilla con toros de distintas ganaderías, pero la tarde no fue brillante. En abril de 2005, acompañó de luces a su hijo, José María en la Maestranza y tampoco les acompañó la suerte.

Participó en diez corridas goyescas de Ronda, el Gobierno le concedió la Medalla de las Bellas Artes en 2006, y desde entonces, gozaba del favor de la afición y del placer de ver a su hijo triunfar, que ha heredado los genes artísticos de su padre.
Fue uno de los toreros más prolíficos del siglo XX, pues participó en más de 1.700 corridas de toros, pues tuvo una participación muy activa durante toda su vida profesional.

En el año 1977 se casó con Yeyes Samper, con la que tuvo cuatro hijos, Ana María, Yeyes, José María (matador de toros) y Manuel (rejoneador). Vivió la vida a tope, celebró sus éxitos, sobre todo, en América, con generosidad y sin prisas. Convertido ya en personaje famoso y con dinero, fue el objeto de deseo de una gran cantidad de mujeres. Un supuesto romance con una modelo fue el motivo de su divorcio, y también, de su destierro en las tierras de Extremadura.

¿Fue Manzanares un mujeriego? Respondió el amigo cercano.

“Jose Mari quería mucho a su mujer y siempre se ha preocupado por sus hijos, especialmente, por Ana María, que sufre un problema de salud”.
“Pero... no hay torero bueno al que no le gusten las mujeres”.